El Roc de Sant Gaietà
Apartamentos en primerísima línea de mar
El Roc de Sant Gaietà es una pequeña población, construida sobre las rocas emergidas del mar, que pertenece al término municipal de Roda de Berà, en la provincia de Tarragona.
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ToggleEs un lugar algo más que peculiar. Sus casas, sus plazas y sus calles combinan estilos arquitectónicos muy diversos, combinados con armonía, y que pretenden ser un pequeño homenaje a diversas regiones de España. Podrás ver patios andaluces, barrios marineros, pinceladas árabes y calles subterráneas que desfilarán ante tus ojos. Estos se abrirán cada vez más a cada paso que des.
Se podría decir que es el típico “Pueblo Español”, pero con el mar de fondo.
Un paseo bajo los arcos de piedra
Cómo comenzó todo
En 1964, un promotor inmobiliario tuvo la idea de construir un poblado distinto a los que había por la zona. Se llamaba Gaietà Bori Tallada. Aunque el encargado de hacerla realidad fue el constructor Josep Maria Fortuny Rodríguez.
Comenzaron construyendo apartamentos en primera línea de mar. Pero dejaron volar su imaginación libremente y, al final, se creó una población que toma prestados diferentes culturas y estilos arquitectónicos de España (principalmente) y de fuera de ella.
Así que recrearon una multitud de ambientes: un escenario marinero, bellos patios andaluces, edificios con rasgos mudéjares, italianos e, incluso, una pequeña réplica de algunos rincones de Barcelona. Bajo un ambiente mediterráneo, conviven los estilos románicos, góticos y árabes.
Un paseo fotográfico
No es que este lugar tan especial carezca de historia. Pero como empezó en 1964, si la comparamos con la de Segovia (por poner un ejemplo), me atrevo a afirmar que la historia del lugar es demasiado breve. No obstante, me comprometo a una investigación al respecto. Por eso, te invito a que veas las fotos que tienes a continuación. Así podrás hacerte una idea de lo que hay en este rincón tan cuco.
Ambiente Andaluz
Una pincelada de la Alhambra. Un pequeño rincón del Roc de Sant Gaietà que evoca la serenidad y la belleza de los Palacios Nazaríes de la Alhambra. El patio interior, con sus líneas sencillas y elegantes, y con su vegetación, nos invita, en un viaje al pasado, a visitar virtualmente los jardines y patios de este icónico monumento granadino.
Un patio andaluz. El Roc de Sant Gaietà esconde varios tesoros. Entre ellos, este patio andaluz, que te transportará a otra época por mucho que te resistas. Sus columnas de piedra, sus arcos de medio punto y la exuberante vegetación, te llevarán al sur.
No pude pasear por este patio porque tiene el acceso prohibido. Aun así, se puede apreciar toda su belleza y personalidad. Son vitales como espacios de encuentro. Este rincón es una buena combinación entre la naturaleza y la arquitectura.
Un pequeño laberinto vertical y horizontal. Algunas zonas no han visto nunca el sol. Bajas unos pocos peldaños y te encuentras con rincones encantadores integrados con el entorno.
Las playas y el mar
La playa de la Pallisseta. Es muy apreciada por las familias con niños pequeños porque parece ser que “no cubre”. Pero eso de que “no cubre” es algo ambiguo: ¿a quién no cubre?, ¿hasta qué distancia de la arena no cubre?, ¿cuántos palmos tiene que medir tu pequeñajo para que no “le cubra”? Eso sí: no puede haber grandes olas porque los rompeolas cumplen con su cometido sin protestar.
Otra cualidad es la transparencia de sus aguas. El acceso a esta playa está garantizado por unas rampas que llegan hasta la arena. Cuenta con un chiringuito cercano, por si necesitas recuperar fuerzas después de un buen baño.
Si te gusta bucear y curiosear los bichos marinos, desde la Pallisseta podrás acceder a zonas rocosas, muy cercanas, bajo el mar (ahí sí que cubre). Uno de los inconvenientes es que no cuenta con duchas. Por eso, es posible que salgas rebozado de arena, dando la sensación de haberte convertido en una simpática croqueta con patas.
La Roca Foradada (1). La Roca Foradada es uno de los tesoros naturales de El Roc de Sant Gaietà. Es un arco natural, tallado en la roca por la fuerza del mar, que ofrece un espectáculo único. Está en la denominada “Punta de la Guineu”. Desde este mirador natural, disfrutarás de unas relajantes vistas panorámicas del Mediterráneo.
La Roca Foradada (2). Literalmente “Roca Foradada” significa “Roca Agujereada” o “Roca con Agujero”. En esta imagen puede verse la fuerza del mar que, a fuerza de insistir, ha conseguido crear una bóveda en la roca de la costa.
Una calita individual. A lo largo de la costa, van apareciendo playas de distintas formas y tamaños. Esta, con un poco de suerte, podría ser tu playa particular por unas horas. No me negarás que es una idea relajante.
La Platja Llarga. El paseo marítimo bordea la Platja Llarga y se extiende hasta el municipio de Creixell. Es completamente llano, adornado con palmeras, y con el mar a tan solo unos pocos metros.
Cuando paseo cerca del mar, me relaja la combinación de caminar, sentir la brisa marina y escuchar el sonido de las olas. A menudo me cruzo con gente que lleva los auriculares puestos, y no puedo evitar mi asombro. Eso sí, respeto lo que cada uno quiera hacer. Pero para mí el sonido del mar y la brisa en la cara… ¡Es un regalo que no puedo despreciar! La música siempre puedo escucharla en la parada del bus.
Cala Punta d’en Guineu. Es un rincón de serenidad, plácido, de acceso fácil. La arena dorada, suave y fina, se extiende a lo largo de la cala, creando un lienzo natural donde el tiempo parece detenerse.
Digamos que el núcleo urbano está ubicando entre la playa de la Pallisseta y la cala Punta d’en Guineu. La foto está tomada en pleno mes de enero. Es de suponer que, en agosto, estará “abarrotááá”. Pero no voy a ser yo quien haga la misma foto bajo el implacable sol del verano.
Cala Punta d’en Guineu fotografiada desde el Camí de Ronda. Como puedes comprobar, no hace falta ir demasiado lejos para disfrutar de un paisaje agradable.
El Camí de Ronda
El Camí de Ronda (Camino de Ronda) del Roc de Sant Gaietà es un sendero costero, de aproximadamente un kilómetro, que ofrece unas vistas panorámicas del mar Mediterráneo. A lo largo del recorrido, que se extiende desde el aparcamiento de la plaza Luís del Olmo hasta la Platja Llarga, no encontrarás ni un solo escalón, por lo que es ideal para pasear con un cochecito de bebé, si es tu caso.
Este camino te permitirá disfrutar de la brisa marina y la tranquilidad de la naturaleza. Si evitas visitarlo en verano, te librarás de los sudores y las aglomeraciones, haciendo que tu paseo sea mucho más agradable.
Evitando las cacas de perro. Como puedes observar en la foto, el Camí de Ronda está diseñado con un mimo exquisito para que todos disfrutemos de un paseo agradable, sin impedimentos para nadie. Sin embargo, hay quien decide aportar un toque artístico muy peculiar al paisaje y decide “enriquecerlo” con una donación consistente y de gran tamaño.
Es lógico que tu mirada se pierda entre las olas del mar y que tu mente se llene de paz con la brisa. Pero no olvides a esos perros que sacan a pasear a sus dueños.
No, el camino no está lleno de mierda, por supuesto que no. Todo lo contrario: siempre está impecable, digno de postal. Pero, de vez en cuando, puedes encontrarte con una obra maestra enorme. Así que, mientras disfrutas del paisaje, del sonido del mar y de esa brisa tan relajante (y sobre todo, cuando ya estás ultimando tu espectacular foto), no te olvides de mirar por dónde pisas. Hablo desde la experiencia (tengo unas zapatillas que nunca volverán a ser las de antes).
Hostal de los Reyes de Aragón. A mitad del Camí de Ronda, te encontrarás con un majestuoso castillo digno de una postal. Sin embargo, no podrás visitarlo a menos que seas funcionario del Banco de España. Este lugar, que en su día fue un hotel de lujo, fue adquirido por el Banco para convertirlo en un centro de formación para sus empleados. O, siendo sinceros, un sitio donde los funcionarios pueden disfrutar de unas vacaciones envidiables.
El castillo se encuentra dentro de un complejo privado que incluye pista de tenis, dos pistas de pádel, minigolf, frontón, una cancha de baloncesto y una gran piscina. Para que todo esto funcione como un reloj y los privilegiados trabajadores del banco puedan disfrutar de una cerveza bien fría en sus terrazas frente al mar, un equipo de medio centenar de personas trabaja incansablemente. Todo, por supuesto, pagado con fondos del Banco de España.
Y, por si fuera poco, las consumiciones del bar y los precios del restaurante también están generosamente subvencionados. Por ejemplo, un menú completo puede costar la asombrosa cifra de 3 o 4 euros.
Así que, cuando lo veas, admíralo desde la distancia. Luego, vuelve a centrarte en el suave sonido de las olas del Mediterráneo y en disfrutar de tu paseo.
Ermita de la Mare de Déu de Berà. Unos pasitos más al sur se encuentra la ermita, construida en el mismo lugar donde en el siglo XII se erigía una iglesia dedicada a San Pedro. Alrededor de este templo medieval surgió un pequeño núcleo urbano que, con el tiempo, fue abandonado por su precaria ubicación.
Durante la guerra civil, la imagen de la Virgen fue destruida y sustituida por la actual.
Esta ermita ha sido un punto de encuentro festivo a lo largo de los siglos. Hoy en día, cada Lunes de Pascua, se convierte en el escenario de un popular encuentro sardanista, reafirmando su relevancia como símbolo de tradición y patrimonio cultural en la región.
El museo de la radio Luis del Olmo
En 1912, el locutor de radio más escuchado del momento en España, gracias a su programa Protagonistas, inauguró en el Roc de Sant Gaietà el Museo de la Radio que lleva su nombre. Alberga más de 500 modelos representativos de diferentes orígenes, técnicas, estilos y épocas.
Estos aparatos son parte de la colección privada del locutor, quien los cedió al Ayuntamiento de Roda de Berà para la creación de este magnífico museo.
El museo de la radio. El famosísimo locutor de radio, Luis del Olmo, dejó su Ponferrada natal por Roda de Berà. Aquí creó el segundo museo de la radio más importante del Estado, después del que también fundó en Ponferrada.
Radio de lámparas. Los más jóvenes pueden pasarse meses sin comprender por qué no se aprovechaba más el espacio en los artefactos electrónicos de la época. Hoy en día, en lo que ocupa una sola de las válvulas electrónicas que puedes ver en la foto, cabría toda la tecnología creada por la humanidad en 1.950.